Cada cultura crea a sus propios héroes. En Japón los encontramos en el anime y el manga; en Occidente, en los cómics de Marvel y DC. Entre Goku, Batman, Naruto y Spider-Man, aparecen dos formas distintas —y a veces opuestas— de narrar el heroísmo.
Todos luchan por proteger lo que aman, pero lo hacen desde orígenes, valores y trayectorias diferentes. ¿Qué los distingue? ¿Y dónde se parecen?
Orígenes distintos, mismos desafíos
En el anime y manga, los protagonistas suelen partir desde la normalidad más absoluta: Okaun en Dan Da Dan es un estudiante tímido; Denji en Chainsaw Man, un huérfano marginado; Isagi en Blue Lock, un futbolista que canaliza sus inseguridades a través del deporte. Su ascenso es gradual y doloroso: entrenamientos, derrotas, aprendizajes. Personajes como Naruto, Deku (My Hero Academia) o Tanjiro (Demon Slayer) reflejan esta progresión con claridad.
En cambio, los héroes occidentales suelen nacer de lo extraordinario. Superman es un extraterrestre, Spider-Man obtiene poderes en un accidente científico, Wonder Woman es hija de dioses. Incluso Batman, aunque marcado por la tragedia, parte de un trasfondo privilegiado.
El viaje del héroe vs. el héroe eterno
El anime y manga suelen estar diseñados como historias cerradas. Vemos crecer y transformarse a Goku, a Eren de Attack on Titan o a Edward Elric de Fullmetal Alchemist.
Los cómics de Marvel o DC, en cambio, funcionan como sagas continuas. Batman o Superman pueden vivir cientos de aventuras sin envejecer ni transformarse, multiplicándose en multiversos, realidades paralelas y versiones alternativas.
Ambigüedad moral vs. moral heroica
El anime y manga no temen explorar las zonas grises. Light Yagami en Death Note dicta justicia según sus propios criterios, y Eren Yeager oscila entre salvador y villano.
Los superhéroes norteamericanos, en cambio, suelen operar bajo códigos claros. Superman, Capitán América o Wonder Woman representan el ideal del bien contra el mal. Sin embargo, figuras como Wolverine, Punisher o Magneto han añadido complejidad a este universo.
Estilos visuales y temáticos
En el anime, la narrativa se apoya en la introspección, la emoción y el simbolismo. Shinji Ikari en Neon Genesis Evangelion encarna el dilema existencial del héroe frágil que duda de sí mismo.
En los cómics occidentales predomina la acción exterior: colores vibrantes, dinamismo pop y grandes gestas heroicas. Temas como la justicia, el poder y la responsabilidad son centrales.
Lo que comparten
A pesar de las diferencias, ambos universos coinciden en algunos fundamentos:
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El viaje del héroe (Joseph Campbell): superar pruebas y regresar transformados.
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Resiliencia y sacrificio: desde Naruto hasta Spider-Man.
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Lazos emocionales: tan centrales en Avengers como en One Piece.
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Simbolismo: encarnan ideales universales como justicia, esperanza y libertad.
¿Y el héroe peruano?
El héroe peruano se acerca más al modelo del manga oriental que al cómic norteamericano.
Surge de la herida, no del poder: Miguel Grau, Túpac Amaru II o María Elena Moyano emergen de la adversidad y del sacrificio colectivo. Es introspectivo y contradictorio, dividido entre lo andino y lo occidental. Su fuerza viene de la comunidad, del ayllu, de la colectividad.
A veces adopta la forma de un héroe anti-épico, como El Cuy de Juan Acevedo: pequeño, astuto y entrañable, más cercano a Astro Boy o Doraemon que a Superman.
El héroe peruano combina la fragilidad de Shinji Ikari, la resiliencia de Naruto y la fuerza moral de Miguel Grau.
Conclusión
Los héroes del anime y del cómic nos entretienen, pero también nos enseñan: a resistir, a construir identidad y a darle sentido a la adversidad.
El héroe peruano, con su carga emocional y su vínculo con lo colectivo, dialoga más con el manga que con el cómic occidental. Nuestro reto como creadores quizá sea imaginar nuevos héroes peruanos que unan lo mejor de ambos mundos.